EL
FELIZ SUEÑO
Como
cada día ,
El
sol había salido de entre las montañas
Y
como cada día,
Parecía
el huevo frito que se comía
El
gigante Gigantón para desayunar.
Y como cada día, el gigante Gigantón
Abrió
un ojo y después el otro,
Se
desperezó
Y
se levantó de un salto
Que
hacía temblar a toda la región
Y
un poco más.
Ahora
bien, aquel día el gigante Gigantón
Se
despertó con un sabor a felicidad
Que
no lo abandonaría nunca.
Había
soñado que se había convertido en el pequeño Pequeñín.
Este
duende vivía justo enfrente de su casa,
Debajo
de un pino tan alto
Que
las ramas se perdían cielo arriba.
El
gigante le envidiaba que fuera tan chiquitín.
A
él no le gustaba nada
Aquella
hermosura de altura que tenía.
Cuando
andaba
Tropezada
con las montañas y las enviaba quién sabe dónde
Y
cuando el cielo se encapotaba
Siempre
iba con la cabeza remojada
Por
culpa de las nubes
Que
le hacían de sombrero.
Él
deseaba ser tan pequeño como su vecino.
Quería
charlar con las hormigas.
Quería
poder dormir
Dentro
de la cáscara de una nuez.
Quería
bañarse dentro de una gota de rocío.
Quería
tener la barriga llena
Zampándose
sólo unas migajas de pan
Y
una cereza roja como una amapola.
Y
quería cobijarse debajo de una seta
Cuando
la lluvia caía
Y
dejaba el bosque lleno de aquel olor
Tan
bueno y tan nuevo
Que
hacen las cosas cuando se empapan
Con
el agua caída del cielo.
Esa
noche había soñado con todo eso
Y
mucho más.
Se
había cumplido su deseo más intenso.
Pero
lo que más feliz le había hecho
Era
que el pequeño Pequeñín
Se
había ido a dormir y había soñado que se convertía en el gigante Gigantón,
Y
que para cruzar una cordillera
Sólo
había levantado un poco la pierna
Y
ya estaba al otro lado.
Y
que las noches de frío,
Cuando
helaba de lo lindo,
Podía
calentarse las manos
Acercándolas
a la primera estrella
Que
iluminaba el firmamento.
Aquel
día tan especial,
El
gigante Gigantón
Pensó
que eso de ser un gigante
No
era ninguna desgracia
Y
que mirándolo bien, todo el mundo
Deseaba
ser diferente a como era
Y
que los sueños servían para eso,
Para
hacernos querer un poco más
Como
somos de verdad.
LA DIVERSIDAD
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Los que viven al otro lado del
mundo... ¡son tan raros!, tienen la cara amarilla y los ojos chiquititos y
almendrados. ¡Pero que bonitos son!, con ese cabello liso y negrito tan
brillante, y esa estatura pequeña y el cuerpo cuadradito como un candado. Deben
ser fuertes y amigables, y ahora que lo pienso, también me gustan mucho los del
otro lado del mundo.
Los que viven arriba, ellos
son tan blancos como la nieve. Sus ojos, claros también, a veces suelen ser la
envidia de todos nosotros... y no se puede negar que son hermosos sus ojazos
azules o grises o verdes, redondos y grandes, brillantes, muy elegantes....
pero no serían tan bonitos si no tuviera yo unos ojos para verlos, y mis ojos
marrones son hermosos también, porque me muestran el mundo con todos sus
colores, y me permiten ver los ojos de la gente de la parte de arriba de la
tierra, y me muestran mil amigos diferentes que hacen que esta vida sea
divertida. En verdad que me parecen hermosos los de allá arriba, con sus
cuerpos altísimos y sus mejillas rosadas.
Los que viven abajo:
bailarines y vivarachos... ¡que despiertos son!, bailando al ritmo de tambores
todo el tiempo. Su piel puede llegar a ser tan negra como el azabache, aunque
hay tantos matices que podríamos hacer un claroscuro haciendo fila uno al lado
del otro. Eso si... siempre tienen una sonrisa grande, de labios encarnados y
dentadura blanquísima. Siempre están contentos, ¡como si ese gran sol que les
envuelve a diario les diera la energía de mil rayos!, además, su pelo crespo y
su piel brillante les dan ese toque tan particular a los de abajo!.... ¡que
bonitos que son! Tan pintados de colores y llenos de algarabía. Me encantan los
de abajo también.
Y aquí estamos nosotros,
mezclando los colores de todo el mundo, haciendo que tus mejillas rosadas, mi
cabello crespo, los agujeritos de las mejillas de él y las pecas de aquella, se
mezclen y hagan fiesta de colores y armonías.... ¡Que belleza de contrastes!,
¡Que escenario pintoresco!, todos formando un cuadro de futuro, de amistad,
valorando cada día más nuestras diferencias y también las cosas que nos hacen
semejantes.
Y pensándolo mucho.... ¡te
cuento que este mundo me encanta!, me encantan todos y cada uno de los que veo
en la calle, en la tele, en los libros... Me gusta lo que me cuentan de los que
viven lejos y me gusta lo que me dicen los que viven cerca. Me gusta verme al
espejo y notar que soy distinto de ti y de todos.... ¡Me Gusta la Diversidad!
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