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miércoles, 20 de junio de 2012

OTROS CUENTOS PARA QUE DISFRUTES


EL FELIZ SUEÑO
Como cada día ,
El sol había salido de entre las montañas
Y como cada día,
Parecía el huevo frito que se comía
El gigante Gigantón para desayunar.
Y como cada día, el gigante Gigantón
Abrió un ojo y después el otro,
Se desperezó
Y se levantó de un salto
Que hacía temblar a toda la región
Y un poco más.
Ahora bien, aquel día el gigante Gigantón
Se despertó con un sabor a felicidad
Que no lo abandonaría nunca.
Había soñado que se había convertido en el pequeño Pequeñín.
Este duende vivía justo enfrente de su casa,
Debajo de un pino tan alto
Que las ramas se perdían cielo arriba.
El gigante le envidiaba que fuera tan chiquitín.
A él no le gustaba nada
Aquella hermosura de altura que tenía.
Cuando andaba
Tropezada con las montañas y las enviaba quién sabe dónde
Y cuando el cielo se encapotaba
Siempre iba con la cabeza remojada
Por culpa de las nubes
Que le hacían de sombrero.
Él deseaba ser tan pequeño como su vecino.
Quería charlar con las hormigas.
Quería poder dormir
Dentro de la cáscara de una nuez.
Quería bañarse dentro de una gota de rocío.
Quería tener la barriga llena
Zampándose sólo unas migajas de pan
Y una cereza roja como una amapola.
Y quería cobijarse debajo de una seta
Cuando la lluvia caía
Y dejaba el bosque lleno de aquel olor
Tan bueno y tan nuevo
Que hacen las cosas cuando se empapan
Con el agua caída del cielo.
Esa noche había soñado con todo eso
Y mucho más.
Se había cumplido su deseo más intenso.
Pero lo que más feliz le había hecho
Era que el pequeño Pequeñín
Se había ido a dormir y había soñado que se convertía en el gigante Gigantón,
Y que para cruzar una cordillera
Sólo había levantado un poco la pierna
Y ya estaba al otro lado.
Y que las noches de frío,
Cuando helaba de lo lindo,
Podía calentarse las manos
Acercándolas a la primera estrella
Que iluminaba el firmamento.
Aquel día tan especial,
El gigante Gigantón
Pensó que eso de ser un gigante
No era ninguna desgracia
Y que mirándolo bien, todo el mundo
Deseaba ser diferente a como era
Y que los sueños servían para eso,
Para hacernos querer un poco más
Como somos de verdad.

LA DIVERSIDAD

Tú eres blanco, yo soy moreno... él es gordito, ella es delgada... Aquél tiene unas pecas graciosísimas, y cuando tú te ríes se te hacen agujeritos en las mejillas y muestras unos dientes pequeñitos y blancos... Yo soy más pequeño que tú, tengo seis años, y no puedo mostrarte los dientes aunque me ría mucho, porque estoy mudando y tengo las encías peladas.

Los que viven al otro lado del mundo... ¡son tan raros!, tienen la cara amarilla y los ojos chiquititos y almendrados. ¡Pero que bonitos son!, con ese cabello liso y negrito tan brillante, y esa estatura pequeña y el cuerpo cuadradito como un candado. Deben ser fuertes y amigables, y ahora que lo pienso, también me gustan mucho los del otro lado del mundo.

Los que viven arriba, ellos son tan blancos como la nieve. Sus ojos, claros también, a veces suelen ser la envidia de todos nosotros... y no se puede negar que son hermosos sus ojazos azules o grises o verdes, redondos y grandes, brillantes, muy elegantes.... pero no serían tan bonitos si no tuviera yo unos ojos para verlos, y mis ojos marrones son hermosos también, porque me muestran el mundo con todos sus colores, y me permiten ver los ojos de la gente de la parte de arriba de la tierra, y me muestran mil amigos diferentes que hacen que esta vida sea divertida. En verdad que me parecen hermosos los de allá arriba, con sus cuerpos altísimos y sus mejillas rosadas.
 
Los que viven abajo: bailarines y vivarachos... ¡que despiertos son!, bailando al ritmo de tambores todo el tiempo. Su piel puede llegar a ser tan negra como el azabache, aunque hay tantos matices que podríamos hacer un claroscuro haciendo fila uno al lado del otro. Eso si... siempre tienen una sonrisa grande, de labios encarnados y dentadura blanquísima. Siempre están contentos, ¡como si ese gran sol que les envuelve a diario les diera la energía de mil rayos!, además, su pelo crespo y su piel brillante les dan ese toque tan particular a los de abajo!.... ¡que bonitos que son! Tan pintados de colores y llenos de algarabía. Me encantan los de abajo también.

Y aquí estamos nosotros, mezclando los colores de todo el mundo, haciendo que tus mejillas rosadas, mi cabello crespo, los agujeritos de las mejillas de él y las pecas de aquella, se mezclen y hagan fiesta de colores y armonías.... ¡Que belleza de contrastes!, ¡Que escenario pintoresco!, todos formando un cuadro de futuro, de amistad, valorando cada día más nuestras diferencias y también las cosas que nos hacen semejantes.

Y pensándolo mucho.... ¡te cuento que este mundo me encanta!, me encantan todos y cada uno de los que veo en la calle, en la tele, en los libros... Me gusta lo que me cuentan de los que viven lejos y me gusta lo que me dicen los que viven cerca. Me gusta verme al espejo y notar que soy distinto de ti y de todos.... ¡Me Gusta la Diversidad!



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